No, no voy a contar cómo celebramos el sábado el cumple de Balma. La historia va de cómo desmontar unos pedales de bicicleta de montaña...
Algo que parece tan fácil, se ha convertido en toda un odisea para mí. Después de mucho observar los pedales llego a la conclusión de que tan sólo hay que desenroscarlos con una llave normal del 15.
Todo va bien con el primero, estoy desatado, así que voy a por el segundo. No sale, no hay forma. Le he echado litros de "aflojatodo", hasta le he echado coca cola, y no va. No se mueve ni un milímetro (o debería decir grado?). Me hallo en punto muerto, así que lo dejo por imposible. Al final, hablando con mi tío, me da la solución: "¿Has probado a desenroscarlo al revés?"
Pues sí, esa era solución. ¿Quién iba a pensar que hay roscas hechas al revés? Ya daba por hecho que era un estándar...
La explicación, algo lógica cuando lo piensas, es que la rosca se debe desenroscar en el sentido contrario al que gira normalmente cuando está en funcionamiento (para que no se desmonte por accidente, claro).
Observando, victorioso, el pedal desmontado, me doy cuenta de que, al igual que los zapatos, hay pedal izquierdo y pedal derecho... Impresionante.