miércoles, agosto 10, 2005

En un pueblo Italiano (I)

Animado por Will me decido a contar algo sobre el fin de semana que pasé en Italia hace unos días.
Antes de empezar, quiero dejar claro que fuimos a "trabajar". La asociación de los "Moros d'Alqueria" tenía una actuación allí y nosotros (la banda de música) teníamos que tocar mientras ellos desfilaban.
Salimos de Castellón el jueves, a las 8 de la tarde, en bus (sí, solo el bus nos permitía llevar todos los equipajes e instrumentos a un precio razonable) hacia Italia. Nos esperaban nada menos que 17 horas de viaje, pasando por Francia, Mónaco (no estoy seguro si entramos o no, la verdad) y finalmente Italia. Hacia las 2 del mediodía del viernes estábamos en Ceriale (Italia).
Ceriale es un pequeño pueblecito de la costa. Está entre San Remo y Génova. Para haceros una idea: ni siquiera está en la caña de la bota. Una vez allí, y aún sin saber donde íbamos a dormir, fuimos a comer al polideportivo local. La comida allí constaba, invariablemente, de dos platos. El primero de pasta y el segundo podía ser carne o algún tipo de verdura. Todo ello acompañado de agua con gas San Benedetto (agua Frizzante), aunque al final conseguimos que nos sacasen agua sin gas (agua Naturale). Se come mejor en casa, pero mucho peor en Francia, así que no tengo ninguna queja de la comida.
Acabada la comida era el momento de conocer el alojamiento. Resulta caro desplazar tanta gente y alojarla sólo por una actuación, así que en viajes largos dormimos en toda suerte de sitios extraños. Esta vez ha sido la más extraña, porque no había bastantes sitios cutres como para albergarnos a todos, así que nos dividimos en 3 pueblos distintos: Ceriale, Loano y otro que no recuerdo.
A mi grupo (eramos 21) nos tocó en un seminario de Ceriale. Estaba a 6 kilometros del centro, así que nos llevaron en bus hasta.... que se quedó encallado, pues "La casa espiritual" estaba en una montaña y las calles que llevaban allí eran muy estrechas. Cogimos el equipaje y dejamos al chofer luchando con el volante y el embrague.
Nada más entrar nos dió la bienvenida una foto de Joseph Ratzinger Z (más conocido como Benedicto XVI). Empezó la distribución de habitaciones. Eran bastante grandes, así que en cada una dormíamos 4 personas. La verdad es que aquello estaba muy bien para alojarse y solo hubiese faltado poder cerrar la puerta de la habitación con llave, pues teníamos nuestros objetos personales expuestos a toda la gente que se alojaba allí (unos niños italianos que también estaban de viaje).
Una ducha y una buena siesta nos dejaron como nuevos. Salimos de allí a cenar al polideportivo a las 7. Cenamos lo de siempre y nos fuimos de fiesta. Ahi apareció el gran problema del viaje. Estabamos separados, por lo que no podíamos ir de fiesta todos juntos. por otra parte el autobús no podía llevarnos de paseo toda la noche y los taxistas de allí se negaban a trabajar de noche. Decidimos que cada grupo fuese a su bola y que, con dos cojones, volveríamos andando al "hotel". El primer sitio al que fuimos fue una terraza en la playa. En aquel sitio , los bares de primera linea de playa no solo compraban su terreno, sino tambien toda la playa que tenían delante, así que nos sentamos en unas mesas que habian puesto en la playa.
Allí pedir cubatas es fácil. Las bebidas alcoholicas son igual: Gin, vodka y whiski. Lo dificil eran las no-alcoholicas. Tonic para tonica, lemon soda para fanta de limón, fanta para fanta de naranja y para coca-cola... no me acuerdo. Es extraño que solo existiese fanta de naranja. La fanta de limón era sustituida por lemon soda, una bebida que de sabor era parecida a la Kas limón, pero además tenía el poso del limón. Cada marca de bebida alcoholica le suministraba al bar como unos palitos con el nombre de la bebida (los más bonitos, los del vodka Smirnoff) que servían para distinguir perfectamente la bebida (no como aquí, que tienes que probarla para ver si es la tuya). Al salir de aquel sitio paseamos un rato por el paseo marítimo. Allí, la gente, para salir de fiesta se disfraza. Había gente con boinas rojas y otros, que ya eran la hostia, iban vestidos... de algo que se parecía a una mezcla entre bailador folclórico y fallero (con un pañuelo en la cabeza). LLegamos a un pub que estaba bastante vacío y parecía pedirnos que lo llenásemos, así que fuimos para adentro. Servía las bebidas un tío disfrazado. Su especialidad eran los cockteles, así que pedimos unos caipirinhas... Menuda mierda de cocktel. Lo triste es que me costó 6 euros. Vaya chapucero el camarero ese... Cuando ya nos hartamos nos fuimos (a pie) hacia la residencia. Después de tres cuartos de hora caminando a buen ritmo llegamos allí. Sin ganas de más nos echamos a dormir hasta hora de comer.

4 Comments:

At 7:44 p. m., Blogger JOSE R said...

Hola Tokio:

He empezado leyéndote en el Planet-Castelló, por la segunda parte y me estaba dando la impresión de que ese viaje con rapto de italianas por los turcos se parecía mucho a uno que hizo mi hijo mayor en el mes de Julio. Vista la primera parte confirmo que también estuvo en Ceriale.

 
At 9:07 p. m., Blogger Edo said...

Hola!
En primer lugar gracias por leerlo, la verdad es que ha salido muy largo...
En el post, donde dije días, me refería a un mes, es que aún no me había animado a escribir aún... (y no quería que se notase :P)
Desde luego, vaya casualidad! ¿Iba de "moro" o tocaba algún instrumento? Seguramente ya lo conozco, aunque sea vista...

Saludos

 
At 10:27 p. m., Blogger JOSE R said...

Iba de percusionesta y se llama Hugo

 
At 10:37 p. m., Blogger Edo said...

Jeje. Pues sí que lo conozco, aunque la verdad es que no hablamos mucho y no creo que me conozca por el nombre...
Quizás me conozca por ser saxo alto de Moró (mi nombre es Jorge).
Cuando coincidamos ya tenemos tema para hablar, jeje.

Saludos!

 

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